Tips para elegir actividad física.

 

 

Muchos pacientes me preguntan acerca de este tema. La pregunta, no es si debería moverme. Sabemos que sí. Trataré de contar parte de la experiencia adquirida, luego de muchos años de consultorio médico y de haber trabajado en gimnasios como profesora de Educación Física.

 Podemos poner mil excusas por las cuales ser sedentarios (“no tengo tiempo", "deseo usar mi tiempo libre de otra manera", "tengo niños pequeños y no los veo en todo el día", "yo hice mucha actividad hace años", "lo que me gusta me queda lejos, o me sale caro", "me duele la columna y me lo prohibieron", "me duelen los pies por el sobrepeso”, etc., etc., etc.).  La causa más justa, al cuerpo no le importa y nos  hará pagar la deuda con la salud, y con intereses…

 

Comenzar por tomar conciencia de este riesgo, y luego elegir cómo deseo pasar los años que me toquen vivir en adelante (no sólo en cantidad, sino en calidad de vida).

 

¿Qué hay que tener en cuenta para elegir que tipo de movimiento hacer?

  • Chequeo médico obligatorio

  • Edad

  • Posibilidades o limitaciones físicas

  • Experiencias previas

  • ¿Cuánto hace que no me muevo?

  • Posibilidades económicas

  • Posibilidades de tiempo

 

Respecto del chequeo médico, existe el obligatorio y el optativo.

El obligatorio es la consulta médica, laboratorio de sangre y orina,  ECG en reposo y Rx de tórax.

Los optativos y convenientes son ecocardiograma doppler y según el ECG de reposo, la  ergometría.

Los gimnasios tienen la obligación de solicitarlo antes de comenzar la actividad. Muchos no lo hacen y obligan a inscribirse y pagar por adelantado un par de meses, con la promesa de ofertas económicas (tipo “compre ya”).

Cuando el sujeto tiene los resultados del chequeo, que puede tardar un mínimo de 15 días, si no resultara apto para la actividad física, para solicitar la baja de su inscripción, debe pedirla al mes siguiente y con 30 días de anticipación (todo esto fue firmado en letra chica), y ya han pagado 4 meses como mínimo, más los gastos administrativos sin haber utilizado ni un solo día las instalaciones.

También en pequeña letra pueden aumentar hasta un 30% el costo de la cuota cada mes… Recomiendo realizar el chequeo antes de inscribirse o comenzar a abonar (con médico deportólogo, en lo posible). Obviamente, leer siempre la “letra chica de cualquier contrato” a pagar con tarjeta por un tiempo predeterminado (se pueden llevar sorpresas muy costosas si no lo hacen y créanme que  muchas “inocentes” instituciones deportivas están “seriamente” asesorados por maravillosos abogados.

Respecto de la edad: Es frecuente considerar que si a los 20 años jugaba muy bien cualquier deporte, a los 35 o 40 estaré en el mismo estado físico. Total es recreativo. Grave error que puede costarnos una lesión traumatológica (desde distensiones hasta fracturas) y/o lesiones cardiovasculares (desde una angina de pecho hasta un infarto). Lo ideal es reacondicionar nuestro cuerpo, realizando una especie de “pretemporada”, un par de veces a la semana, antes de lanzarme en lo que creo es recreativo y termina lastimándome. Para esto sería importante consultar al médico especialista y a un licenciado o profesor en Educación física.

No alcanza con ser opinólogo, deportista o dueño de un gimnasio. Ya estamos cansados de aquellos que han hecho cursillos cortos y creen que saben, desmereciendo a los universitarios que han estudiado por 4 a 5 años el tema.

Respecto de las posibilidades o limitaciones físicas: Si tengo exceso de peso, el trotar sería alto impacto para las rodillas.

Lo ideal es ejercicio en el agua. Si saben nadar, mejor. Si no, acuagym es divertido. Bici fija (si se tiene una, no usarla de perchero): la música, la radio o la tele lo puede hacer más divertido.

Si se tiene cinta, caminar. Los vibradores actuales que se venden por TV “no sirven para nada”. Si no se tiene aparatos en casa, salir a caminar: no es necesario apurarse y se puede mirar vidrieras.

Nadie desea castigarse y dejar la actividad en poco tiempo. Para que sea sustentable en el tiempo, elegir algo divertido.  Puedo caminar, detenerme a mirar vidrieras o charlar o tomar un té, café o agua mineral y seguir.

No es necesario (sólo conveniente, pero no limitante) que lo haga con ropa deportiva. Quizás el único tiempo que tenga sea al medio día: entonces se puede negociar con la realidad y antes de almorzar, caminar un poco. POCO es mejor que NADA. Si uno cree que son 20 minutos o nada, está seriamente equivocado.

Si no puedo caminar por el motivo que fuera, puedo usar mis brazos. O sea, por ejemplo: sentado realizar flexiones de bíceps con una botellita de agua mineral de 500 ml. en cada mano.

Lo que no debo es ser sedentario/a.

Respecto de las experiencias previas: algo hablamos de la idea que nuestra memoria tiene del movimiento. Muchos pacientes al interrogarlos sobre la actividad actual, me contestan lo que hacían y suspendieron hace meses. Lo que hice ya sirvió, ahora debo continuar (es como si hace meses comía 4 veces al día y ahora nada, alcanza).

Elegir lo que nos gusta para poder sostenerlo en el tiempo. Y si no es posible, existen nuevas posibilidades de movimiento. Un médico deportólogo, un profesor de educación Física sabrá dar las ofertas.

Cuidado con las recomendaciones de opinólogos o de gente que vende un producto (obviamente, tratará de convencernos con lo que vende y no lo que necesitamos)

Respecto de ¿cuánto hace que no me muevo?: Los esfuerzos deben ser graduales, programados y corregidas las posturas para evitar lesiones. Siempre es conveniente la mirada del profesor.

Respecto de las posibilidades económicas: Si no puedo abonar un gimnasio o natatorio, caminar (no cuesta nada).

Respecto de las posibilidades de tiempo: Sólo uno mismo sabe en qué momento se puede: por la mañana, al mediodía, a la noche, los fines de semana.

Por lo visto, es conveniente consultar al médico deportólogo y al profesor de educación física para que nos ayuden a elegir el ejercicio adecuado para  cada momento biológico de nuestra vida.

Tenemos la edad de nuestras arterias (no la de nuestra apariencia). Las arterias se cuidan  con una nutrición sana y balanceada y con el ejercicio.